Un ejército de hasta tres mil indios defiende el territorio misionero de la codicia portuguesa, conducido por Andresito Guacurarí, teniente e hijo adoptivo de Artigas, defensor del Pacto Federal y ensoñado libertador de su raza. Guerrillero, intuitivo y tenaz, transitó las llanuras de la zona, vadeó ríos, y, sumergiéndose en la selva, administró un territorio rico y feroz, peregrinó peleando cuatro años de 1815 a 1819 sin tregua, contra los luso-brasileños en los litorales de los ríos del Uruguay, de Misiones y Corrientes. Hasta caer y ya prisionero y martirizado, desaparecer sin recuerdo de tiempo ni de gloria en su misteriosa muerte. La obra eminentemente argentina y americana de Raúl Larra se enriquece así con esta novela emocionada y apasionante, de reinvidicación humana, donde Andresito se reconstruye desde adentro, integrado en la historia de la época como el primer guerrillero con que contaron las luchas en estas regiones del Plata por contener la penetración portuguesa salvando la integridad del territorio argentino, y por dignificar, además, la suerte de las poblaciones rurales bajo el comando de Artigas