¿De dónde, surge la peculiar fascinación de estos relatos? Ante todo, de la extraña inmediatez con que resuena la voz de su narradora: pocas obras producen a tal punto la sensación de estar oyendo desde muy cerca los pormenores de un viaje, las sucesivas etapas de una exploración que parece bucear en la realidad cotidiana pero sólo para trascender, para revelarnos otra realidad que amenaza la nuestra, la que hemos reducido a mera costumbre, El mundo cotidiano estalla y de pronto nos enfrentamos con un más allá que nos estremece porque no lo hemos visto nunca y, al propio tiempo, porque lo reconocemos. Relatos en que el hablar de Chile y el de la Argentina se alternan, se confunden; relatos en que las denuncias contra nuestro mundo, contra sus injusticias, sus prejuicios, su moral policiaca, coinciden con propuestas de otras perspectivas mucho más nobles y genuinas, aunque no menos arduas. Margarite Aguirre ha escrito un libro admirable que es una invitación al delirio y, a la vez, a la lucidez: pocas obras nos ofrecen con tanta nitidez la imagen de nuestro destino. Nacida en Santiago de Chile, Margarita Aguirre pasó su infancia en la Argentina. Retorno a Chile para estudiar Humanidades y publicó allí sus primeras obras. De regreso a la Argentina, publicó varias novelas y su ya famosa biografía de Pablo Neruda, con quien, la unió una entrañable amistad.