Ansina: “el negro Ansina”, asistente de José Artigas, ha sido disminuido en su importancia por una historiografía que se niega a dejarlo traspasar el umbral de su bien merecida leyenda.

El abuso en exaltar la “generosidad”, la “abnegación”, el “sacrificio”, la “humildad”, etc., como las virtudes esenciales de la raza negra desde los orígenes de nuestra nación -es decir: la sumisión, la masa anónima utilizable come carne de cañón en las batallas y las tareas duras, la vocación de esclavo al fondo de la escala social- han conformado el imaginario de un Ansina experto cebador de mate. Y punto. El arte de matear es uno de los rasgos culturales que nos identifica, pero habían otros en el rico perfil de un hombre que por algo compartió su vida con uno de los grandes de todas las épocas.

Joaquín L enzina: “el negro Ansina”, amigo de Artigas, fue también su Soldado. Payador de los albores de la Patria, cantor y guitarrero.

Investigadores, literatos e historiadores de la talla de Cédar Viglietti, Ildefonso Pereda Valdéz y Washington Reyes Abadie, entre otros, no tienen dudas al respecto. Y donde hubo payadores … payadas quedan. En 1928, en Asunción, el arqueólogo, escritor y viajero suizo-rioplatense, Daniel Hammerly Dupuy obtuvo de uno de los hijos del Mariscal Solano López: Juan León, los celosamente custodiados versos de Ansina. En 1951, fueron editados en Argentina integrando una antología poética sobre Artigas. Las memorias de Ansina, inéditas hasta el momento en nuestro país, provocan el reencuentro con principios éticos intransferiblemente nuestros, que tanto cuesta mantener por estos tiempos. Como pocos, este testigo privilegiado y cronista de su época …supo esperar calladamente su momento. Con la nobleza que caracterizó su vida, hoy, nos dice: Ansina me llaman y Ansina yo soy…